El pasado 13 de mayo, el investigador del CSIC, Alfonso V. Carrascosa impartió una conferencia en la Casa de Aragón de Madrid, en la que disertó del papel relevante que han tenido los científicos aragoneses en el CSIC a lo largo de la historia. Durante su charla, habló con gran objetividad sobre la historia de la institución y de los investigadores, los pioneros en investigaciones científicas, que precisamente muchos de ellos nacieron en tierras aragonesas.
La Casa de Contratación en el siglo XV fue la primera casa de investigación occidental, donde se crea el oficio de científico y la figura del cosmógrafo. La fundó Fernando el Católico (II de Aragón), y ello supuso un antes y un después en la ciencia, puesto que hasta ese momento solo se hacía investigación en las universidad.
Dando un salto en el tiempo, otros dos aragoneses tuvieron gran relevancia en la promoción de la investigación española, Santiago Ramón y Cajal, que fue presidente de la institución antecedente del CSIC, la llamada Junta de Ampliación de Estudios, y Joaquín Costa, que fue miembro de su consejo. Ambas figuras están relacionadas con el regeneracionismo español.
El ponente precisamente ahora se está celebrando el año Cajal, con ocasión del 170 aniversario de su nacimiento.
Joaquín Costa fue una de las grandes figuras del regeneracionismo español: “Apóstol de la europeización” y según el propio Cajal, el impulsor de muchas de las mejoras de la docencia científica del siglo XX. De hecho, el primer número del boletín de la Casa de Aragón fue dedicado a esta figura, que fue además vocal fundador de la junta de ampliación de estudios.
Pocos años después otros aragoneses tuvieron gran peso en la promoción de la ciencia en España, con ocasión de la puesta en marcha del Consejo Superior de Investigaciones Científicas – CSIC-. El turolense José Ibáñez Martín, que también fue Ministro de Ciencia, fue el presidente fundador del CSIC, los zaragozanos Miguel Asín y Palacios – arabista-, y José de Gregorio Rocasolano, – químico-, vicepresidentes, y el natural de Caspe (provincia de Zaragoza) José María Albareda – farmacéutico-, su primer secretario general.
La propia fundación del CSIC, según Vicente Carrascosa, fue un fruto tardío del regeneracionismo, del que junto a Costa y Cajal, se pueden mencionar otros nombre de aragoneses como Lucas Mallada, Luis de Hoyos Sainz y Tomas Carreas Artau, estos dos últimos discípulos directos de Joaquín Costa.
El CSIC cuenta con seis institutos de investigación en la comunidad aragonesa: La Estación Experimental de Aula Dei, el Instituto Pirenaico de Ecología, el Instituto de Carboquímica, que son institutos propios del CSIC y el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea y el Laboratorio de Investigación en Fluidodinámica y Tecnologías de la Combustión que son institutos mixtos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Zaragoza
No es hasta el año 2007 cuando el CSIC se configuró como hoy lo conocemos, una agencia estatal, que tiene entre sus objetivos la excelencia, la profesionalización, la multidisciplinariedad, la descentralización, la internalización y la interacción con la universidad. El CSIC introdujo en España la figura del científico profesional, separándolo por primera vez de la docencia. “Por eso, yo siempre digo que soy científico, no profesor”, afirma Alfonso Vicente. Hoy el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que celebra el 85 aniversario de su fundación, sigue siendo un gran promotor de la ciencia en España.
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